Desde el tercer milenio antes de Cristo los pueblos que habitaron entre los ríos Tigris y Eúfrates nos han dejado miles de tablillas de arcilla. En más de 500 de ellas apaprecen manifestaciones matemáticas que nos han permitido descubrir desde su sitema de numeración en base 60 a sus conocimientos sobre el teorema de Pitágoras
De su afición a las observaciones astronómicas acerca de las posiciones de los planetas observables a simple vista Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno conservamos en la actualidad dos vestigios muy populares:
-
El horóscopo. Eran excelentes astrólogos, ellos bautizaron
las doce constelaciones del zodíaco, dividiendo cada una de ellas
en 30 partes iguales.
Es
decir, dividieron el círculo zodiacal en 12 x 30 = 360 partes.
-
De ellos hemos heredado la división de la circunferencia en 360
grados y la de cada grado en 60 minutos y cada minuto en 60 segundos.
Y la patente de nuestra manera de contar el tiempo también es suya.
Contaban
con un algoritmo para calcular raíces cuadradas, trabajaban con
fracciones, resolvían ecuaciones de primer y segundo grado e incluso
algunas ecuaciones cúbicas de la forma
n3
+
n2 = a
Tablilla
con motivos geométricos
A
partir del año 2.000 a de C, descubren las ventajas de un sistema
posicional, que les permite escribir cualquier número con sólo
dos símbolos T para el 1 y < para el 10.
La
base que utilizan es 60.
Así 24 = <<TTTT
93 = 60 + 30 + 3 = T<<<TTT
4103
= 3600 + 480 + 20 + 3 = 602 + 8 x 60 + 2 x 10 + 3 =
TTTT <
T
TT
TTTT <
Y ¡sorpresa!, aunque no contaban con dos herramientas imprescindibles para trabajar con decimales, el cero y la coma, también representaban fracciones de denominador 60 y sus equivalentes. Por ejemplo:
321 3/4 = 5 x 60 + 21 + 45/60 se escribiría:
TTT
< <<
TTT
T
TT
< <<
TT
Tablilla
con 17 problemas matemáticos
Tablilla
Plimpton con las ternas pitagóricas
La
tablilla conocida como Plimpton 322 que se conserva en la Universidad de
Columbia, escrita hacia el año 1800 antes de Cristo en la
que aparecen cuatro columnas de números distribuidos en 15 filas.
En apariencia podía tratarse de algún tipo de anotación
contable pero descifrados los números corresponden a la primera
relación de ternas pitagóricas de la que se tenga conocimiento.
Fila sexta
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
b = p2 - q2 ; c = 2pq ; y a = p2 + q2
a, b y c son las medidas de los lados de un triángulo rectángulo,
La
sexta fila corresponde a los valores de
p
= 20 y q = 9
En las columnas 2ª y 3ª aparecen, escritos en sistema sexagesimal, los valores de b y de a. Y en la primera el cociente a2 / c2. El equivalente a nuestra secante al cuadrado del ángulo C.
Según Herodoto los egipcios son los padres de la Geometría, pero gracias a sus monumentos y sus papiros también sabemos hoy que disponían de un sistema de numeración adicional que les permitía trabajar con fracciones de una forma muy especial ya que el numerador siempre era la unidad.
El papiro egipcio es menos resistente al paso del tiempo que las tablillas babilónicas.
Sin embargo alguno ha llegado hasta nosotros. Los más populares el papiro de Rhind y el de Moscú. En ellos aparece una colección de más de 100 problemas que nos brindan una valiosa información de las matemáticas egipcias.
Su
sistema de numeración era de base diez, como el nuestro. Los símbolos
para representar las potencias de 10 eran estos:
Notaciones
numéricas en piedra
Fórmulas
de avituallamiento en un monumento funerario
Papiro
de Moscú
Papiro de Rhind
Los egipcios, como los babilonios, también trabajaban con fracciones, con partes de la unidad.
Pero lo curioso es que sólo utilizaban fracciones con numerador la unidad, es decir de la forma: 1/2, 1/3, 1/4, 1/7, 1/15, 1/47...
Cualquier parte de la unidad la expresaban como suma de fracciones de este tipo.
El papiro de Rhind contiene una tabla de conversión de partes de la unidad a estas fracciones. Es el equivalente con más de 3.000 años de antigüedad de nuestras tablas de multiplicar, sólo que para trabajar con fracciones.
La
pirámide de Keops tiene esta extraña propiedad, según
recoge Herodoto:
El
cuadrado de la altura coincide con el área de una de sus caras
Este hecho implica la presencia ¿casual? del número de oro